17.1.16

David Bowie

Todavía no he recapacitado sobre la muerte de David Bowie. Quizá no me lo he permitido a mí misma, porque estoy en exámenes y sé que si lo pienso voy a entrar en bucle nostálgico que no me va a dejar tranquila. Pero a la vez ya lo estoy haciendo. Mierda.
Ha muerto David Bowie. Como leí por ahí, a lo mejor me duele más porque daba por hecho que era inmortal. No lo entiendo. No puedo explicar qué sentí. Primero fue incredulidad, luego tristeza, luego ansiedad, luego tristeza otra vez, y desde entonces una presión en el pecho. Muchos amigos, y no tan amigos, me mandaron mensajes cuando supieron la noticia, no sé con qué finalidad, pero lo hicieron, para preguntarme qué tal estaba, para apoyarme, para pedirme que les enseñase algo suyo... Y lo agradezco. En cierta manera he hecho que la gente piense en él y le conozca, estoy orgullosa. Pero me daba rabia, no quería que la gente le nombrase, no en ese momento. David Bowie había muerto. (Debo decir que no estoy en una buen momento personal y todo me está afectando más, si se puede, que de costumbre). David Bowie ha muerto, en silencio, rodeado de la gente que lo quería. Y haciendo arte hasta el último momento, despidiéndose del mundo con un disco lleno de metáforas y símbolos que ninguno supimos descifrar, maldito momento. Deberíamos haber sabido por lo que estaba pasando, para que se fuese por la puerta grande, viendo cómo todo el mundo alababa su última y mágica creación. Reinventándose una vez más. Pero eso a él le daba igual. Él solo quería ser él mismo y enseñarnos a ser nosotros mismos. Él quería hacer arte, hacer magia con la música, desarrollar su inteligencia a través de la creación, ponernos a prueba. Y vaya que si lo hizo. Un cáncer letal estaba consumiendo su vida y él decidió encerrarse en un estudio y componer su despedida. Hay personas que necesitan continuamente hacer arte, que son arte. No hacer arte con la vida, hacer de la vida un arte.
Y ahí estaba David Bowie. Muriéndose, entregando su vida al arte hasta su último momento. Y no es justo.
Siento que a más de uno nos ha dejado huérfanos, tampoco es justo que escriba esto porque no era su mayor fan, mucha gente se sentirá mucho más dolida, pero el vacío que siento lo justifica todo.
No os podéis imaginar lo que significa Bowie. Bowie es todo el panorama de la música actual, es el precursor de todo lo que conocemos ahora. Más de la mitad de grupos y artistas que conocemos no existirían si no se hubiesen parado a escuchar, ver o leer a Bowie. Es que, en plenos 70, David Bowie salía a cantar maquillado, disfrazado, con looks andróginos o cualquier cosa que le sirviese para explicar cómo se sentía. Y le daba igual que no fuese lo correcto o que no le gustase a la gente. Era lo que a él le hacía realizarse como persona. Tenía el valor de enfrentarse a todos en un mundo tan complicado como el del rock. En sus propias palabras: "tengo la repulsiva necesidad de ser algo más que humano". Ser normal es aburrido. Él hizo del mundo un lugar seguro para frikis, para outsiders, para la gente que no se sentía agusto en su propia piel. Y a mí se me está poniendo la piel de gallina.
Y desde entonces, desde la desgraciada noticia que ha cambiado la historia de la música, tampoco he podido dejar de pensar en Placebo. Placebo, sin Bowie, no existiría. Y yo, sin Placebo, no existiría. Gracias a él tuvieron la oportunidad de que la gente les esuchuase. Pasaron de ser una banda local a ser los teloneros del Dios Bowie.  Él fue su mentor, el que les enseñó cómo son las andaduras por este mundo. No paro de pensar en cómo estarán, el vacío que sentirán (o no), en si sabrían de su situación o no, en cómo habrán reaccionado.
Desde ese mismo momento tampoco he sido capaz de volver a escuchar a Bowie. No me atrevo. He guardado podcast de programas dedicados a él confiando en que un día podré escucharlos y hacerle mi pequeño homenaje, cuando me sienta preparada. Pero no soy capaz de escuchar nada suyo, ni una canción, ni un vídeo.

Ahora mismo tengo demasiados pensamientos en la cabeza. Y los voy a escribir todos. No aquí, pero necesito hacerlo. Joder.

1 comentario:

  1. ¡Él es inmortal! Tengo que mostraros algo pequeña, me enamora vuestra sensibilidad.

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idas de olla.