17.1.13

Querida mamá:

No sé cómo explicarte lo mal que me haces sentir con tus ataques depresivos. Sí, entiendo que es una enfermedad que no puedes evitar y que posiblemente sufra yo. Pero por favor, contrólate.
Dices que es porque piensas demasiado en los demás, no te quieres y tienes poca autoestima, que tienes que ser más egoista. Pero si realmente eres así, ¿por qué no pruebas a pensar un poco en mi y a ponerte en mi piel? Sufro mucho. No sabes lo insoportable que es estar en la cama y no poder conciliar el sueño porque oigo tus lloros a través de la puerta.
Me siento mal, peor cada vez. Me vas quitando cachitos de mi felicidad al dar todo por ti y tú solamente me recibes con gritos y lloros. Porque yo me desvivo por ti, e intento que veas en mi las ganas para seguir adelante y la alegría que intento contagiarte, pero parece que tú te niegas a verlo.
Tú eres la que supuestamente debería apoyarme y darme una confianza incondicional, pero para ti todo lo que hago es una desastre. Sé que estás mal y tienes que pagarlo con alguien, y en cierto modo no me importa que te lo traigas a casa, pero me haces sentir como una mierda. Me menosprecias, y si mi familia, que es lo mas importante, lo hace, ¿cómo voy a poder sentirme bien?.
Muchos días siento que no puedo más, que necesito que me den apoyo, que me den un abrazo y me digan que me todo va bien. Sé que suena egoista, pero lo necesito. Contando contigo, lo único que tengo en la cabeza es 'siempre igual, eres un desastre, deja de hacer el gilipollas, no vales para nada', y aunque sé que no es verdad, llega un momento en el que me lo empiezo a creer, y quieras o no, me afecta en todo. Que tiene delito que el puto único momento en casa que estoy bien es cuando me encierro a escuchar música.
Y todo esto te lo digo desde el cariño, porque sé que muchas veces vas a mejor, y porque cuando estoy contigo de buenas lo disfruto, y recuerdo los (pocos) momentos que he vivido contigo, jugando a las muñecas, enseñándome a cocinar. Que cuando no para de hablar y de contarte cosas es para que te distraigas, y cuando muchos viernes digo que no quiero salir es porque quiero quedarme contigo para que no te sientas sola.
Y que te quiero mucho, y que me quita la vida ver cómo tus ojos se apagan sin motivo, y que no encuentres motivo para vivir ni en mí. 
Por favor, cambia. Por ti y por mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

idas de olla.