20.9.11

Otro día en el mundo.

Aunque quiera remediarlo, la rutina se va acercando. Cada vez estoy más cerca de empezar (seriamente) con el año y el curso. Y no quiero empezar. Me niego a creer que voy a tener que estar cada día madrugando a la misma hora, desayunando, vistiénsome y camino a clase a la misma hora. Hacer todos los días las mismas acciones, como un maldito robot progamado para hacerlo sin sentir ni darse cuenta de lo que pasa alrededor. Me niego a creer que este año va a ser igual que los demás, que no va a cambiar nada. Ha pasado un año, soy un año mayor, esa es la única diferencia. Por lo demás, ningún cambio. 
No quiero hacer las cosas con monotonía, por obligación, haciendo lo que debo y obviando las novedades. Necesito cambios, alegrías, emociones diferentes cada día, algo que sea diferente... Quiero levantarme con ganas y alegre por la mañana pensando que me espera un día guay y divertido. No quiero ni pensar en volver a levantarme con la misma sensación de siempre de que vas a volver a hacer lo mismo que ayer, lo mismo que antes de ayer y lo mismo que harás al día siguiente. No quiero vivir esperando a que llegue el fin de semana para poder encerrarme en casa, verle por fin y sin nadie más dos días seguidos. No quiero levantarme y lo primero que piense sea: ¡Qué putada, otro día más sin ti!
Este año, de verdad, quiero estar ilusionada. Más que nada por mi bien, porque la monotonía me deja agotada. Ahora mismo diría que la rutina 'me deja la piel cuarteada'. Me desgasta día a día, noto como son días perdidos en los que no aprovecho a hacer nada. 
Pierdo mucho el tiempo, y el poco tiempo que tengo sin perder es escaso, lo que hace que me estrese. Vivir día a día con el estrés, la soledad, y esa melancolía en el cuerpo es terrible.
Quiero olvidar todo lo pasado y que no me atormente este año. Quiero poder irme a la cama con la sensación de estar feliz, dormir alegre por lo que he hecho, estar sin remordimientos por lo que he dejado de hacer, pensar y hacer lo que realmente me conviene. 
No quiero acabar otro año machacada.
Y no quiero que mis únicos amigos sean mi blog, mis cuadernos y mi iPod. Por favor te lo pido, quienquiera que seas, no me dejes caer en la maldita rutina. No puedo.
Y me niego a creer, mejor dicho a pensar, que voy a estar tanto tiempo alejada de él. No puedo pensarlo. 
Por el día me encierro en jaulas de cemento, e intento aprender del león. 
No quiero que él me dome, quiero domarle yo a él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

idas de olla.