15.5.11

Te entiendo perfectamente. Supe exactamente como te sentías.
Siento no haber reaccionado de otra manera, pero lo único que pude hacer fue darte un abrazo. No pude sacar las palabras de dentro, no tenía el valor para decirte que sabía como estabas. Sabía perfectamente lo que era estar con una máscara puesta, con una sonrisa hacia los demás cuando lo último que quieres es tener que agradarles. Sabía que te sentías atropellada por todos, que te sentías como un enemigo de todo el mundo, como si fueras el mayor terrorista de todos los tiempos. Te sentías sin ganas de seguir así y mandarlo todo por la borda, porque por muchos esfuerzos que hacías, nada parecía funcionar. Sí, tenías esa sensación de que todos los de arriba se habían puesto en tu contra por ser así de débil, parecían aprovecharse de ti. Sé que en el fondo eras feliz, porque querías lo que hacías, pero esa alegría se te convertía en rabia al ver que te lo estaban arrebatando. Nosé, daba la sensación de que al llevar la misma sangre también llevaríamos los mismo pensamientos, o sentimientos. ¡Vete tú a saber!. Todo esto lo veía en tus lágrimas. Según se te iban resbalando por las mejillas yo iba descifrándolas, una a una. Y nosé, me sentí jodidamente impotente. Sé lo qué es pasar por eso, por eso y por más. Y sabía lo que te pasaba. Pero allí delante no me sentía capaz de hacer nada.
Pero yo ahora solo te digo que te quiero. Que una vez descubierto todo, voy a hacer que todo te merezca la pena. Ya lo sabes. Si me empeño, me empeño. Y me he empeñado en ti, y quiero que el poco tiempo que nos queda juntas lo disfrutes y te merezca la pena. No lo hago como favor ni como nada, simplemente voy a hacer que sonrías y que nunca te olvides de qeu para nosotros, eres la mejor. Y que siempre que te vea, va a ser como una pequeña alegría.
Muchas gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

idas de olla.