29.11.10

Intento de hablar sobre mí misma.


Después de una visita a urgencias, una noche sin dormir y muchas canciones, mi conciencia me obliga a hacer esto:
Necesito vivir satisfaciendo a los demás. Es un instinto que tengo. Un defecto, o una virtud, depende de como se mire.
Mi conciencia me obliga a esto. No me umporta sufrir, siempre y cuando sea por un motivo.
No le recomiendo mis problemas ni al peor de mis enemigos.
Pero necesito hacer feliz a la gente. Necesito hacer lo imposibe con tal de que mi conciencia me deje tranquila. Y ahí es cuando odio a mi conciencia. Me obliga a hacer muchas cosas. Sufro haciéndolas. Luego me siento bien conmigo misma, sí. Pero ¿a qué precio?.
Me he acostumbrado a hacer el bien. Se han acostumbrado a que haga el bien. Saben que siempre voy a estar ahí. Saben que voy a remover cielo y tierra para satisfacerles.
Siempre que me han pedido ayuda se la he dado. Han insistido en que lo hicuera por mi voluntad. Lo he echo por mi propia voluntad. Entonces les ayudo. Me lo agradecen y fin. Me lo vuelven a pedir, les vuelvo ayudar y fin. Les ayudo y fin. Es un círculo vicioso.
Y luego ya llega el momento en el que en cuanto pasa algo, estoy yo para solucionarlo. Y eso me halaga. Es un motivo de orgullo que todos vengan a mi a que les solucione sus problemas, sus dudas o simplemente quieren que les dé consejo. Y todo porque tengo mucho sentido común y un gran corazón. (¿Realmente es verdad?)
Y luego vienen directamente a mi, sin pedirlo ni nada. Dan por supuesto que les voy a ayudar. Y les voy a ayudar, porque mi conciencia me obliga.
Y yo remuevo todo para satisfacerlos. Muchas veces me sacrifico, pierdo cosas en el camino, me llevo disgustos, pierdo ilusiones... Pero lo consigo. Y les veo felices. Y para mi no hay mayor felicidad que verles felices.
Y luego todo se repite, como un círculo vicioso.
Hasta que llega ese momento, en el que yo me pregunto: ¿Merece la pena ?.
Me fastidia que me lo tome como una obligación. Me fastidia que mi conciencia me obligue a hacerlo. Me fastidia ver que la gente no se da cuenta de todo lo que hago para hacerles felices. Que todo lo hago por y para los demás. Soy incapaz de decir que no a nada.
Me fastidia que la gente sea tan excéntrica.
Y me fastidia ver que la única que sirve para eso soy yo, que los demás no se preocupan tanto por los otros.
Para mi no hay mayor felicidad que ver que los demás son felices gracias a mi.
Ahora es cuando puedo decir que he ido repartiendo pedacitos de mi corazón por aquí y por allí, y ahora apenas me queda el suficiente para seguir viviendo. Pero tranquilos que tendréis Julia para un rato. Julia sin fuerzas, pero Julia. (mañana prometo una entrada explicando esto)
Joder, ya me estoy haciendo un caos con mis paranoias. Dejo la entrada. Lo siento.
Si hay alguien que tenga una mínima idea de lo que me pasa, o que se sienta igual o que quiera ayudarme lo agradecería mucho :)

3 comentarios:

  1. Varios puntos:
    1. Sí, ha vuelto a hacer algo (ya sabes de quién te hablo), insinuaciones puras y duras. Se cree que soy gilipollas
    2. Nada más ver la foto una gran sonrisa ha aparecido en mi cara y otra en este comentario :D
    3. Quiero leer la entrada de mañana para que expliques eso de "Julia".
    4. Seeeeh! TIENES UN GRAN CORAZÓN!
    5. Siento decir esto, pero no te entiendo. A ver, estás harta de que los demás te pidan ayuda pero te gusta que te la pidan, es eso, no? Si es eso, explícamelo, y si no, también.
    6. (Último pero no por ello menos importante): TE QUIERRRRRO!

    ResponderEliminar
  2. 1.Sí, es gilipollas.
    2.Pues entonces las malas personas son ellos, al pasar de tí.Ays, si es que no se puede ser taaaan buena! (L)
    3. Amas las Torres Kio? Jijijij!
    4. Okeis!
    Telove!

    ResponderEliminar
  3. wow, io trato de hacer felices a la gente que quiero y a los demas m da penita decirles que no pero lo hago, eres una persona muy buena entonces ^^

    ResponderEliminar

idas de olla.