12.5.10

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En el fondo… ¿qué son los sueños? No lo sé, quizás no sean más que aquellas cosas que nuestro subconsciente sabe que anhelamos…
Pero entonces, ¿por qué cuando quieres olvidar algo con todas tus fuerzas y crees que ya lo has conseguido, ese algo vuelve a tu memoria en forma de sueño? Tampoco lo sé…
Es confuso, extraño… sobre todo si estoy acostumbra a que todo tenga su porque, su razón de ser y sus consecuencias…

Era ya noche cerrada. Estaba sentada en un banco, no quería volver a casa. Pensé que ya no me quedaba nada, que todo lo que quería se había ido para siempre, mi familia, mis amigos… ¿dónde estaban? ¿Por qué no estaban con migo cuando les necesitaba? No quería, pero me falló la fuerza de voluntad y me ganaron las lágrimas. Primero se me nubló la vista, y cuando no cupieron más, comenzaron a derramarse desde mis ojos hasta mis labios, ya salados por su culpa. Quería desaparecer para siempre, no saber nunca más de nadie, y que nadie supiese nunca más de mí. Y entonces… como un murmullo de un arroyo, oí mi nombre saliendo de su boca. Oí sus pasos acelerando hasta llegar a mi lado. Sentí su mano levantando mi cara, para verme. Las lágrimas me impedían verle, pero yo sabía quién era. Sentí como se sentaba junto a mí, que me abrazaba. Sentía su calor. Mis sollozos silenciosos se convirtieron ahora en un llanto descontrolado. Ahora que tenía su hombro para llorar sobre él. Todo lo que sentía y escondía salió como un volcán de lágrimas y jadeos. Él no dijo nada, sólo esperó a que me calmara, acariciándome el pelo a modo de consuelo. Intenté calmarme, me separé de él y me concentré en respirar hondo. Las lágrimas cesaban poco a poco, y las pocas que ya caían las recogía con la punta de sus dedos…
Y entonces me dí cuenta, no habría querido que nadie más viniese a consolarme. Era su abrazo el que necesitaba, su hombro, sus palabras de consuelo, su mano acariciando mi pelo… fue ahí cuando descubrí que todo había cambiado, que le iba a necesitar cerca, que nunca podría olvidarme de él, que, y de esto estaba totalmente segura, le quería.

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idas de olla.