15.1.14

Día 5

Mi madre me ha dicho, sin yo decir nada, que estudie lo que quiera, lo que más me guste y luego ya me encargue de buscar un trabajo. Que estudie lo que quiera, menos Filosofía.
Parece que he nacido para ir contracorriente.
¿No creéis que la Filosofía es la mayor de las ciencias, desde donde nacen todas? Yo, al menos, considero que un filósofo es un sabio. Estudiar filosofía vale más que estudiar cualquier ingenería, cualquier idioma, cualquier ley. Porque la filosofía te enseña a vivir, te enseña a pensar. Tampoco son muchas las nociones que tengo sobre esto, las que me enseñan y mi curiosidad investiga, pero si siguiésemos muchas teorías conoceríamos a la gente. Si conociésemos a la gente podríamos entenderlos y comprender cómo funciona el mundo, cómo actuar. Y quién sabe si seríamos capaces de entendernos a nosotros mismos y tener control sobre nuestra vida y no seguir moviéndonos con hilos como títeres...
Al menos yo, en mi estado de, llamemosle nihilismo, veo consuelo, veo luz, veo explicación.
Quizás sea que estoy tan perdida y desesperada (sin yo saberlo) que me aferro a cualquier idea, a cualquier pensamiento buscando una salida o una explicación a algo que jamás la había tenido para mí.
Solo soy capaz de leer y escribir a impulsos, sin darme cuenta de lo que hago, justificando mis actos de manera subjetiva y arrepintiéndome después. Viviendo sin sentirlo, haciendo cosas sin ser consciente, idolatrando falsos dioses, viendo como pasa el tiempo y que la pared que me rodea cada vez es más alta. O estoy yo más hundida. Me come la desidia.
Quizás la filosofía sea el escape. Porque ya lo decían, más Platón y menos Prozac.

3 comentarios:

  1. Nada más lejos de la realidad: la filosofía surgió de aquellos que eran maestros de vida. En Grecia, sólo se consideraban auténticos filósofos a aquellos que eran coherentes entre lo que hacían y lo que predicaban. Es aquel que es capaz de entenderse a sí mismo y a su alrededor, de vivir en la realidad y transmitir después sus enseñanzas al resto de personas, que, como tú y yo, poseen un único deseo: vivir coherentemente. Ser dueños de su libertad. Ser felices.
    ¿Te apuntas?

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  2. Y por supuesto, el ansia de saber y conocer surge del sentimiento de falta de sentido. De la desesperación. Por eso es una oportunidad maravillosa para avanzar y evolucionar como persona: reconocer nuestras propias faltas y buscar los lugares adecuados donde llenar poquito a poco ese vacío. Curtirse, ser cada vez más crítico con lo que pase por nuestras manos, con lo que pase ante nuestros ojos.
    ¡Empecemos el camino, por largo y difícil que sea! ¡Busquemos en las grandes bibliotecas del pensamiento humano, no dejemos morir la imaginación... y que corran los afluentes! ¡Vivamos y seamos fieles a nuestros corazones!

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  3. Estoy enamorada de vuestra alma.

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idas de olla.