Hasta
aquí llega el ritual de enfados y canibalismo estúpido. Llevo demasiadas horas
en vela y no tengo nada que decir. Tú y yo anémicos. A cada parpadeo cansado
intentamos dormir. Mis gritos envasados al vacío reventaron al fin.
Veo la
noche en San Fernando, duermo al mediodía en Chile, descando de nuevo en Buenos
Aires. ¿Podemos hacer un trato? ¿Huimos o vivimos y morimos aquí? Empezamos de
cero. Cualquier lugar será mejor. No tengo nada para perder. ¿Eres
suficientemente rápido como para poder escapar?
Cada
día recuerdo ese presentimiento de que podía ser alguien. Sé que las cosas aquí
no van a ir a mejor. Sigo esta espiral que parece interminable, pero no lo es,
me pierdo y vuelvo a la salida.
Soy
demasiado fuerte como para perder, pero las cadenas que me atan son más fuertes
que las del resto. ¿De verdad es real? ¿Es culpa mía? ¿No?. Necesité a alguien
que me sujetara y me diera algo que no tuviera, pero no supe darle uso.
Necesité a alguien que me aconsejara y me diera algo de ánimo, pero no supieron
hacerlo.
El
corazón me está retando a un vida o muerte, pero no sé elegir. ¿Dónde habéis
dejado mi fé?
Vengo
de un lugar en el que dicen que triunfar es imposible. Mis sueños son mentiras
que algún día, espero, dejarán de serlo.
¿Qué es
lo que está pasando?
Es
verdad que una vez yo también intenté conseguir lo que tú y me encontré rodeado
de gente que no conocía pero todos sabían mi nombres. Pero me compré otro par de
zapatos.
Me
dijo: ¡Venga, joder, deja de perder el tiempo y levántate!
Y logré
que los fantasmas pagaran la cuenta
Pero fue la última parte, la parte más dificil. Esta vez fue mi propio miedo, fue mi propio miedo que casi me ahoga. Ahora entiendo el sentido de las cosas, el equilibrio de la balanza, el polvo de las estrellas, las rocas que ahora son arena. Ahora entiendo que cada espina y cada arañazo, ccada cuchillo por la espalda, fue tan solo un pequeño trámite, tan solo una excusa idiota.
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idas de olla.