13.2.12

Querido tú:
Te mentiría si dijera que no te echo de menos, porque lo cierto es que llevo echándote de menos desde el día que te fuiste. He contado los días esperando a volver a verte, aunque en el fondo sé que es imposible. Pero sabes muy bien que soy ingenua como nadie.
Todo, todo me recuerda a ti. Te he buscado en cada abrazo sin querer. OPero yo.. yo estoy rodeada de las paredes que me protegieron siempre, aunque sé que ellas no van a estar ahí cuando me caiga, cuando yo no esté. Cada vez que miro las cicatrices me recuerdan las cenizas que aún me queman la piel. Continuamente aparece la indiferencia ante todo. Me cuesta  creer que me he vuelto a convertir en esa persona sin sentimientos que era antes de conocerte. No logro poner en práctica todo lo que tú me enseñas. Eso de que debía ser fuerte y luchar hasta el fin, hasta el fin de todo.
Pero he preferido rendirme, resignarme a vivir esta vida circular de la que sé que no voy a salir jamás- Es muy dificil pregonar que no hay que rendirse y que siempre hay fuerzas cuando en el fondo sabes que aprovecharías el mínimo despiste para acabar, para acabar con todo. O incluso querer ser otro más, otra oveja en el rebaño, ver que se siente, ver la vida desde un punto de vida diferente a mi cruda realidad.
Creo haber pasado página cuando me doy cuenta de que no lo he hecho.
Te creía inmortal.
No logro sacar nada en claro, solo sé que tu me conocías, que yo te conocía y que era libertad.
Y ahora estoy aquí, preguntándome quién soy y todas estas sinrespuestas. Divagar será mi profesión.

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idas de olla.