Si pienso lo que quieres que yo haga,
si tengo que hacer caso a tus palabras,
si quieres que te diga lo que pienso,
que es de locos.
Si quieres que me quite las cadenas
que me hacen sentir seguro aquí abajo
es como si me vaciaran las venas.
Estás loco.
Sólo te pido fuerzas para hacer,
de mi debilidad, un férreo vendaval. Desde el convencimiento que, tal vez,
mañana pueda ser, de nuevo, realidad, que ya está al llegar.
De todas formas sé que es necesario
nadar contracorriente en esta tierra
y que, en el fondo, merece la pena
estar loco.
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idas de olla.