15.11.11

Frío

Oímos cómo sopla el viento.
  -Cindy quiere charlar contigo-comenta mamá-. Dice que eres la única persona que puede ayudarle a entender el porqué.
  -¿El porqué?
Ella asiente.
  -Cassie lo tenía todo: una familia que la quería, amigas, actividades. A su madre le gustaría saber por qué tiró todo eso por la borda.

  ¿Por qué? ¿Quieres saber por qué?
  Entra en una cabina bronceadora y fríete durante dos o tres días. Cuando las ampollas de tu piel hayan estallado y te hayas descamado, retuércete en sal gorda y después ponte ropa interior cosida con hilo de cristal y alambre de cuchillas. Vistete con tu ropa habitual, siempre y cuando te venga estrecha.
  Fuma pólvora y ve al instituto para brincar entre aros, siéntate y suplica, cumple las órdenes. Escucha los murmullos que se cuelan en tu cabeza por la noche, llamandote fea y gorda y estúpida y puta y zorra y lo peor de todo . Vomitas y te mueres de hambre y te cortas y bebes porque necesitas un anestesico y eso funciona. Durante un rato. Pero entonces el anestésico se convierte en veneno y para entonces ya es demasiado tarde porque ya estas colocada hasta el alma. Te estas pudriendo por dentro pero no puedes parar.
  Te miras en el espejo y solo ves un fantasma. Oyes gritar a cada latido de tu corazón y todo-absolutamente-todo está mal.
  <<¿Por qué?>> no es la pregunta correcta.
  Pregúntate <<¿por qué no?>>

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idas de olla.