-Cindy quiere charlar contigo-comenta mamá-. Dice que eres la única persona que puede ayudarle a entender el porqué.
-¿El porqué?
Ella asiente.
-Cassie lo tenía todo: una familia que la quería, amigas, actividades. A su madre le gustaría saber por qué tiró todo eso por la borda.
¿Por qué? ¿Quieres saber por qué?
Entra en una cabina bronceadora y fríete durante dos o tres días. Cuando las ampollas de tu piel hayan estallado y te hayas descamado, retuércete en sal gorda y después ponte ropa interior cosida con hilo de cristal y alambre de cuchillas. Vistete con tu ropa habitual, siempre y cuando te venga estrecha.
Fuma pólvora y ve al instituto para brincar entre aros, siéntate y suplica, cumple las órdenes. Escucha los murmullos que se cuelan en tu cabeza por la noche, llamandote fea y gorda y estúpida y puta y zorra y lo peor de todo
Te miras en el espejo y solo ves un fantasma. Oyes gritar a cada latido de tu corazón y todo-absolutamente-todo está mal.
<<¿Por qué?>> no es la pregunta correcta.
Pregúntate <<¿por qué no?>>
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idas de olla.