31.3.11

Y hoy es otro momento de esos, sentada en el sofá, escribiendo, y escuchando una triste canción de amor, como de costumbre. Hoy vuelve a entrar por la ventana ese aire frío de febrero, ese aire que tú dejaste, pero no importa, no lo siento, no siento el frío que dejaste. No siento el fío, ¿sabes? No siento nada, no sé lo que siento, bueno sí lo sé… sé que te siento y que te echo de menos, de eso mucho, sobredosis diría yo. También siento que cada día que pasa me gusta más el chocolate, pero que no me funciona, el azúcar no me hace sentir mejor, ni esas pastillas que me recomendó el médico, sí, sabes de cuales te hablo. Sé que cada noche vuelvo a tener un sueño de esos amargos que joden, no veas como joden, que hoy es un sábado por la noche en el que debería estar en una buena fiesta y estoy aquí en trance. Bueno no, es un domingo de madrugada. Domingo, siempre ese día. Ese día viniste, fue un mal día, pero me daba igual porque fue ese día, cuando creía que lo tenía todo a mis pies, me sentía la reina, sonreír era inevitable. Ese día también te fuiste, y no dejaste un vacío, bueno si, en la bolsa de mis toallitas desmaquilladoras. Dejaste muchas cosas más. Me dejaste una cara de tonta y el maquillaje derramado por la misma, dejaste mi almohada empapada y mi cuerpo sin ganas y aun que también me dejaste miles de sonrisas, hoy me miro al espejo y sigo viendo esa cara de tonta, las cosas no han cambiado desde hace unos cuantos malditos días. Hoy me duele no sabes cuánto que no leas esto, y mucho más me duele que tampoco lo sientas. Me pregunto cada día si aún sientes algo, si aún queda algo de mí en ti. Me pregunto si ese domingo te preocupaste algo por mí, por saber si estaría bien. Ese domingo era soleado, ¿te acuerdas? Y acabó de lluvia, por lo menos para mí… También me pregunto por qué te pregunto, si no vas a leer ninguna de estas palabras. Que triste es todo esto. Triste que cada canción que escucho me recuerda a ti. Quizás si desaparecieras de mi cabeza todo sería mejor. Hoy no quiero darme cuenta de que te has ido. Supongo que me queda esperar a que el tiempo pase y vuelva todo eso. Y levantarme cada mañana con la falsa sonrisa. Y vestirme de fiesta cuando caiga el sol, escotes pronunciados, tacones rompetechos, maquillaje, alcohol, mucho alcohol, pensamientos duros y ganas de desaparecer, pasotismo, ropa ligera, pasar frío, constiparme, ganas de estar lejos de todo pero cerca de ti, bailes que te rompen los tobillos y te machacan los gemelos, viernes de fiesta y sábados de ciudad, besos que duelen, momentos fotografiados con ese flash que machaca la vista… el recuerdo.

2 comentarios:

  1. Qué bonito y cómo me suena. Y bueno, ¿a quién no le suena eso? Todos sabemos lo que pasa cuando todas las canciones nos recuerdan un mismo nombre, un mismo aroma, cuando no tienes ganas de nada menos de volver a sentirlo.

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idas de olla.