7.12.10

El juego del Ángel.

-Un escritor nunca olvida la primera vez que acepta unas monedas o un elogio a cambio de una historia. Nunca olvida la primera vez que siente el dulce veneno de la vanidad en la sangre y cree que, si consigue que nadie descubra su falta de talento, el sueño de la literatura será capaz de poner techo sobre su cabeza, un plato caliente al final del día y lo que más anhela: su nombre impreso en un miserable pedazo de papel que seguramente vivirá más que él. Un escritor está condenado a recordar ese momento, porque para entonces ya está perdido y su alma tiene precio.

-La vida le había enseñado que las personas vivimos tanto de las grandes y pequeñas mentiras como del aire. Decía que si fuésemos capaces de ver sin tapujos la realidad del mundo y de nosotros mismos durante un solo día, del amanecer al atardecer, nos quitaríamos la vida o perderíamos la razón.

-Siempre habia tenido la sensación de que las paginas que iba dejando a mi paso formaban parte de mi. La gente normal trae hijos al mundo, los novelistas traemos libros. Estamos condenados a dejarnos la piel, aunque no nos lo agradezcan casi nunca. Estamos condenados a morir en sus páginas, y, a veces hasta a dejar que ellos terminen quitandónos la vida.

-¿Quienes son los locos?¿Aquellos que ven el horror en el corazon de sus semejantes y buscan la paz a cualquier precio?¿O son aquellos que fingen no ver cuanto sucede a su alrededor? El mundo es de los locos o de los hipócritas, no hay mas razas en la faz de la tierra que esas dos.

1 comentario:

idas de olla.