Fue tal vez una historia incapaz de olvidar, de las que siempre acaban con un oscuro final. Sueños que se han roto y otros se partieron por la mitad; labios que están secos pero que aun siguen inquietos por querer besar.
Te seguiré esperando, un año, un siglo, la eternidad;
mantendré encendido el fuego, por si piensas venir.
Naufragaré contigo, y unidos conservaremos nuestro calor, y juntos emprenderemos una ruta sin destino, un romance en el camino, y al anochecer el viento hará recordar...
Lucharé hasta que pueda conseguir el vencer este miedo a no poder saber de ti, y esta batalla loca no encaja su derrota.
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idas de olla.